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El blog de Mario Morando

Presentación del libro «Haciendo caminos, 2da. parte» (5/12/2006)

acompañante

En una sociedad anestesiada por el consumismo, donde el egoísmo es la ley moral preponderante que orienta las conductas, un libro sobre la pragsis del Acompañante Terapéutico es algo raro.

No me referiré a los valores morales del altruismo, sino a la necesidad práctica de ayudarnos unos a otros para progresar. Jesús, ese gran conocedor de la psiquis humana, decía “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti”, el famoso “Ama al prójimo como a ti mismo”.

Desde una perspectiva más laica, Gurjieff decía que todos estamos, aún en el estado de vigilia, dormidos, pero que no basta reconocer ese sueño y tener el consiguiente deseo de despertar. Que un hombre no puede despertarse por sí mismo. “Si veinte hombres convienen entre sí que el primero de ellos que despierte, despertará a los demás, ya tienen una posibilidad de conseguirlo. Sin embargo, incluso esto es insuficiente, porque los veinte hombres pueden dormirse y soñar que se despiertan. Por consiguiente, no basta. Se necesita más. Los veinte hombres deben estar ayudados por otro hombre que no esté dormido o que no se duerma tan fácilmente como los demás. Deben encontrar a este hombre y contratarle para que los despierte e impida que vuelvan a caer en el sueño. Sin esto es imposible despertar.”

Desde hace milenios se le ha dicho al hombre que estaba dormido y debía despertar. Cuántas veces leemos en el Evangelio: “Despertaos”, “Velad”, “No os durmais”. Los discípulos de Cristo dormían en el huerto de Getsemaní, mientras su maestro oraba por última vez.

Todos estamos, en alguna medida, “dormidos”, incompletos, siempre nos falta algo en algún grado y aspecto. Por eso el progreso social sólo se puede dar a través del intercambio, ya sea a título oneroso (el comercio) o a título gratuito (la cooperación). En este sentido el Acompañante Terapéutico combina el comercio con la cooperación, porque si bien en general, y como es natural, cobra por realizar su tarea, es imprescindible que la haga con un grado emocional no menor de involucramiento. Cito de la página 86 del libro que estamos presentando al Lic. Quadrizzi: “Vincularse con los aspectos positivos actuales, por escasos que sean, abstraer la historia de abandonos y delitos, creer en contra de la evidencia, que otro futuro es posible para esa persona, es una apuesta del equipo terapéutico, actualizada por el operador. (…y más adelante dice) La tarea del operador terapéutico está basada en estas pequeñas interacciones, sostenidas en un sincero deseo de mejorar la situación del otro.”

Es necesario hacer un esfuerzo permanente para despertarnos y permanecer en la senda del progreso personal y social. Pero hay algunos congéneres que están más incompletos que otros: los enfermos físicos, los discapacitados, los ansiosos, los depresivos, los adictos (sean obesos, alcohólicos, fumadores u otros drogadependientes). Los pobres.

Pero, ¿quién no es adicto a algo, o a alguien? ¿Quién no está ansioso, a veces? ¿O deprimido? ¿U obeso? ¿O pobre, aunque más no sea de espíritu?

Todos somos sujetos, en alguna circunstancia, de ser asistidos. Y todos somos capaces de asistir a alguien que nos necesita. En definitiva, ¿qué es un amigo sino un Acompañante Terapéutico a título gratuito?

¿Imaginan un mundo sin amigos? Bueno, yo tampoco imagino un mundo sin Acompañantes Terapéuticos. Es decir, sin maestros. Porque un maestro es quien nos asiste para hacer nuestro propio camino.

Sobre el libro en sí, quiero agregar una noción que siempre me llamó la atención por su ausencia en la práctica de la cura de conductas desviadas. ¿Por qué siempre dicha cura se trata de realizar en ambientes diferentes al hábitat natural del enfermo? Ejemplo: la violencia familiar se trata con terapia familiar, pero dicha terapia se lleva a cabo en el consultorio del terapeuta. Me parece que la presencia de un AT en el lugar de los hechos de violencia habitual, sea ésta física o verbal, resultaría mucho más util para condicionar las conductas desviadas más a tiempo y evitar tantos divorcios evitables que hasta terminan en asesinato. Ejemplo: el crimen de las niñas de Entre Ríos. Estos eventos no surgen de la noche a la mañana sino que se van incubando a través de discusiones, amenazas, malos momentos. No tengo duda de que temáticas como la mencionada daría lugar a la trilogía Haciendo Caminos III.

Otro asunto importante a destacar, es comprender que la tarea de los AT es tan crítica para la cura como la del diagnóstico, y que por eso su prestación debería estar cubierta, al menos parcialmente, por las obras sociales. El único medio para llegar a eso es seguir difundiendo la labor de los AT, y en ese sentido este libro es un excelente medio.

Algunas frases destacadas:

Del Dr. Juan Yaría: Pervertir es verter con exceso algo pasando la medida.

Del Dr. Ré: En una sociedad compleja, la vicisitud es permanente. Aprender a resolverlas forma parte del saber vivir.

De la Profesora  Rubio: Es necesario que el AT se interiorice de cómo fue el paciente antes de la afasia, experimentar el estado afásico, vivenciar sus sentimientos y poder entenderlos en profundidad. La soledad y el aislamiento en el que se encuentran es aterrador.

Del Lic. Heredia: Los libros de actas y los libros de herramientas reflejan el diario cotidiano de la institución y de cada paciente. Es un requisito formal que inocula la necesidad de reflexionar sobre la propia acción.

Del Lic. Quadrizzi: ya cité.

De la Dra. Bello: Será fundamental el reconocimiento del lugar donde se realizará el acompañamiento.

Del Dr. Bini: Las adicciones se meten en el cuerpo de muchísimas personas, pero el sedentarismo, en el mundo occidental, deja libres a unos pocos.

Del Lic. Samá: La omnipotencia en realidad termina siendo la máscara de la impotencia.

Del Lic. Barrientos: Resiliencia es construir sobre la adversidad.

De la Lic. Tevez: Marcar las diferencias entre decidir impulsivamente, decidir por costumbre e imitación y decidir del modo más adecuado para la vida.

Del Dr. Fernández: su cita de Bertold Brecht: “No acepten lo habitual como cosa natural. Pues en tiempos de desorden sangriento, de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural, nada debe parecer imposible de cambiar.”

Felicito a los autores por su iniciativa y sus escritos. Voy a colaborar todo lo que pueda en su difusión.

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Esta entrada fue publicada el 5 diciembre, 2006 por en Varios.
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