En 1956, el gobierno de la Revolución Libertadora envió al vicepresidente del Banco Central de la República Argentina, Roberto Verrier, a negociar con países europeos la transformación de los sistemas bilaterales de comercio y pago, en sistemas multilaterales. Se dio la «coincidencia» de que Verrier había estudiado en la Escuela Superior de Comercio de París con el director de finanzas, Jean Sadrin, coordinador de los negociadores europeos. Dicho acuerdo significaba liquidar una deuda neta de la Argentina de US$ 800 millones, casi equivalente a las exportaciones de entonces. Se terminó abonando un tercio de la misma y refinanciando el resto. Más allá de que el gobierno militar no abonó toda la deuda y envió para negociarla a un funcionario del BCRA, seguramente existe una coincidencia con el caso actual. Sadrin, una vez concluido el texto del acta de entendimiento, se la remitió a su amigo Verrier junto con una tarjeta personal, donde escribió jocosamente «con los atentos saludos del Club de París». Asi fue como quedó bautizada dicha agrupación. Seguramente nuestro gobierno volverá a recibir una tarjeta de agradecimiento.