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El blog de Mario Morando

Finalmente conquistemos nuestra independencia nacional

(en Clarín, 15/6/2016, Volvamos a conquistar la independencia)incompleta independencia 3

Que doscientos años no es nada, diría Gardel. Y sin embargo, desde la declaración de la independencia en 1816, incontables han sido las búsquedas gubernamentales emprendidas para afianzarla.

Son elementos imprescindibles para una independencia real: el respeto de los extranjeros; el control efectivo de las fronteras nacionales; fuerzas armadas en condiciones de defender la soberanía de un ataque externo; el imperio doméstico de la ley; la existencia de moneda nacional para comerciar y ahorrar; la consiguiente disposición de crédito interno; un relacionamiento comercial internacional mutuamente provechoso (comerciar es competir); una visión de país compartida por la mayoría, que brinde cierta estabilidad institucional. Y, para que esa independencia alcance a todos los habitantes, es imprescindible la independencia de poderes y la de cada funcionario en cada poder. Y un sistema fiscal equitativo, tanto entre provincias como entre individuos.

Muchas de estas condiciones jamás fueron alcanzadas; otras han venido perdiendo terreno. Argentina no es considerada internacionalmente un país serio; nuestras fronteras están repletas de “agujeros” no radarizados; las fuerzas desarmadas han quedado marginadas del proceso social; vemos diariamente como se violan impunemente las más elementales normas de tránsito (si es así a la luz del día, imaginemos el resto); la moneda nacional no sirve para comprar un departamento de un ambiente: es preciso abonarlo en moneda extranjera, y encima en efectivo; debemos acudir al crédito externo para financiar gastos en pesos, pues falta confianza para colocar ahorros localmente; no hemos logrado interactuar con países vecinos para aprovechar las economías de escala para mejor insertarnos en la competencia internacional, mientras decenas de actividades internas siguen sobreprotegidas, descargando abultados sobreprecios sobre los indefensos habitantes, mientras otras actividades siguen subprotegidas (hace décadas que no se mide la protección efectiva por sector; cada uno consigue lo que su fuerza de lobby le permite y no lo que el país necesita); la mitad de los residentes tiene una visión antinómica que la del resto. Legisladores “escribanos” y jueces “aleatoriamente diligentes” no abonan la independencia de poderes. Las provincias mendigan a la Nación, y pobres financian ricos.

El nuevo gobierno ha comenzado a atacar estos problemas, sedimentados por décadas de desidia populista, con la velocidad que las urgencias le permiten. En muchos renació la esperanza. Tengamos presente que la distancia existente a las condiciones necesarias para disfrutar efectivamente de una independencia nacional da programa de acción para los próximos 5 gobiernos.

Contribuyamos desde nuestro trabajo, afianzando culturalmente nuestra identidad nacional, mientras nos integramos internacionalmente a las democracias desarrolladas y en desarrollo. Nuestro sano nacionalismo no debe marginarnos del progreso mundial, para terminar pasto de demagógicos explotadores internos.

El 9 de Julio gritemos: “¡Viva la Patria! ¡Viva la Humanidad!”

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Esta entrada fue publicada en 15 junio, 2016 por en Historia argentina, Homenajes y etiquetada con .
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