Señor Director:
La triste actuación del seleccionado de fútbol argentino nos sirve para aprender, definitivamente, que si «los argentinos queremos goles» debemos privilegiar el trabajo en equipo, porque se da la paradoja de que la soberbia se autodestruye.
Hemos quedado relegados aun en fútbol, que era nuestro último reducto consolatorio, frente a nuestro retraso en crecimiento económico por habitante, en educación, en seguridad, en industrialización, en cultura. Porque hemos fallado en política. «¿Dónde están los muchachos de entonces?»
Heráclito destacó que sólo los que buscan lo inesperado lo encontrarán. Busquemos, como argentinos, ¡con ahínco!, reglas y conductores que nos induzcan a hacer goles de verdad. Seamos productivamente humildes. No vaya a ser que el próximo Mundial nos encuentre con algún ex presidente que se crea capaz, al igual que algún ex goleador jubilado, de dirigir a la selección nacional.
Mario Morando. Legislador Pro (mc).